Mi amor dulce.


Tras encontrarme con Calisto en el huerto, lo único que sentía era odio y desprecio hacia él. Pero cuando Celestina se presentó en mi casa, todo cambió. Ella reclamaba mi ayuda para poder curar a Calisto de un dolor, pero resultó que yo fui afectada, ya que empecé a verle de otra manera, aparecieron mis ganas de verle e incluso de hablarle. Celestina, que era nuestra intermediaria, nos concertó una cita para vernos al día siguiente por la noche.
Estuve nerviosa como nunca antes, pero con un sentimiento nunca experimentado.
A la mañana siguiente, no paraba de pensar en nuestra primera cita y Lucrecia, mi amiga, de una forma u otra, compartió mis ganas. Cuando llegó la hora, esperé en la terraza para verlo desde la ventana. Ambas estábamos calladas sin armar bullicio y así no ser descubiertos por mis padres.
De repente oí una voz, Lucrecia se asomó y seguidamente fui yo.
Le vi abajo, junto a sus amigos, quienes venía para acompañarle en el camino. Yo le dije a mi prima que podía irse a dormir y que yo me quedaría un rato hablando con él.
Nos resultó difícil y tentador no poder vernos mejor y más cerca, pero no podía hacer otra cosa sin que mis padres se enterasen.
Él me contó todo lo que había intentado hacer para poder verme algún día, pero desde lo del huerto se quedó un poco desanimado. Y yo le hablé sobre la curiosidad, que me había surgido estos días atrás, de conocerle. Todo fue genial, hasta que varios coches de la calle nos interrumpieron y tuvo que irse para que nadie le viese a esas horas por la ciudad, pero decidimos volver a vernos al día siguiente en mi huerto.
Cuando llegó la hora de vernos y abrazarnos,Calisto no se encontraba allí, pero esperé con Lucrecia sin alarmarme. Al rato apareció él y, rápidamente insinuó qué era lo que quería conseguir. Yo no quería ir tan deprisa pero finalmente me convenció prometiéndome tanto y diciéndome todo lo que era yo para él. Los dos disfrutamos y el tiempo se nos pasó rapidísimo, por lo que tuvo que volver a su casa tras habernos juntado de esa manera en el huerto. Quedamos en que nos veríamos todas las noches y siempre a la misma hora,evitando que ningún compañero nuestro ni ningún familiar se enterase de nuestro noviazgo.

Melibea.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sentimientos ante la muerte de Calisto

Reflexiones después de la visita de Celestina a Melibea

Primer encuentro en el huerto.